Si desea liberarse de los sufrimientos del nacimiento y la muerte que ha venido soportando desde el tiempo sin comienzo, y manifestar sin falta una iluminación insuperable en esta existencia, debe percibir la verdad mística que existe en todos los seres vivos en forma inherente y primigenia. Esta verdad es Nam-myoho-renge-kyo. Por lo tanto, recitar Nam-myoho-renge-kyo le permitirá aprehender la verdad mística que existe de manera innata en todas las formas de vida."
La práctica del Daimoku o entonación, es la base de todas las enseñanzas que expuso el Daishonin a lo largo de su vida. El budismo de Nichiren Daishonin, a diferencia de las escuelas budistas difundidas en su época, no consistía en la veneración a una deidad o buda específico. El Daishonin estableció el medio para que todas las personas lograran la iluminación ideal del Sutra del loto formulando la práctica de entonar Nam-myoho-renge-kyo, que nos permite activar nuestra naturaleza de Buda inherente y manifestarla como el estado de vida de la Budeidad.
El Daimoku de la Fe y el Daimoku de la Práctica.
El primero es el aspecto espiritual de nuestra práctica. Esencialmente, consiste en la lucha que libramos en nuestro corazón contra la oscuridad o ilusión intrínseca, es decir, una batalla contra las fuerzas negativas o destructivas que hay en nosotros. Esta contienda implica romper la oscuridad que envuelve nuestra naturaleza de Buda y hacer surgir, mediante la fuerza de la fe, el estado de la Budeidad. Por otro lado, el daimoku de la práctica es la entonación de Nam-myoho-renge-kyo y la transmisión de esta práctica a otras personas. Es un esfuerzo con la palabra y con la acción, que se lleva a cabo por la felicidad de nosotros y la de los demás, como evidencia de nuestra contienda espiritual contra la negatividad y la ilusión.
Cuando entonamos Nam-myoho-renge-kyo, estamos proclamando el nombre de nuestra naturaleza de Buda y de la naturaleza de Buda ajena, y haciéndola aflorar. Cuando nuestra fe se impone a la duda interna y a la ilusión, el poder de nuestra naturaleza de Buda inherente se activa mediante la vibración sonora de nuestro daimoku y espontáneamente se manifiesta en nuestra vida.