Nichiren Daishonin expresa lo siguiente por ser el Gohonzon la constitución de un Mandala nunca visto antes. Su diseño tiene la representación tridimensional de la Ceremonia del Aire encerrado en un rectángulo de papel. Las figuras se potencializan en las inscripciones dispuestas en un sentido espacial. Mandala es una palabra sánscrita que significa circulo, cuadrado. en un contexto religioso es una representación simétrica del universo que puede ser esbozada, pintada, esculpida, bordada, construida como un templo o una ciudad o representada en un movimiento de baile. El termino y la practica budista se originan en la india y el mandala es una expresión universal del subconsciente.según Carl Jung. En general los mandalas tienen significados externos e internos. en el nivel externo se representa el mundo de lo divino y en el interno se representa un mapa en el cual la mente del mortal común se transforma en una mente iluminada. El mandala es una figura, un diagrama sagrado, un espacio sagrado, un refugio espiritual y al propio tiempo, un objeto de meditación, representando no sólo una superficie consagrada -y, por lo tanto, defendida de las fuerzas negativas sino, además, un cosmograma que gira idealmente en torno a un punto central. El centro del Cosmos que es a su vez el centro del hombre, lo más profundo de su ser. Este esquema es el que permite una meditación contemplativa y reconduce al ser hacia su propia identidad interior.
Para Radmila Moacanin, los mandalas nacieron de visiones y experiencias interiores de meditadores avanzados y en medio de un entorno espiritualmente creativo. Mientras que Carl Gustav Jung sostiene que el mandala es un arquetipo de orden, de integración psíquica y de totalidad.
Por su parte, Mircea Eliade afirma que el mandala es a la vez una imagen del Universo y una teofanía: la creación cósmica es, en efecto, una manifestación de la divinidad, pero el mandala sirve también de receptáculo a los dioses.
En la India védica, los dioses descendían en el altar, lo que prueba la continuidad entre la liturgia tántrica y el culto tradicional. Al principio, todo altar o lugar sagrado era considerado como un lugar privilegiado, separado en forma mágica del resto del territorio: en ese espacio cualitativamente diferente, lo sagrado se manifiesta mediante una ruptura de nivel que permitía la comunicación entre las tres zonas cósmicas-. cielo, tierra y región subterránea. Esta concepción tuvo gran difusión y pasó más allá de las fronteras de la India y aun del Asia: es una valorización del espacio como Centro del Mundo y, por lo tanto, lugar de comunicación entre el Cielo y los Infiernos, la que fundó el simbolismo de los palacios, de los templos, de las ciudades comunes y, por extensión, de toda morada humana.
Un símbolo, como el mandala ,advierte Gary Houston, no debe ser confundido con un signo, Un signo es lo que significa; el dibujo de un mandala es un signo. Un signo apunta a una realidad más allá de él mismo, pero en sí es menor que esa realidad. Un signo, tal como el que podemos encontrar manejando por una carretera, nos puede dar cierta información acerca de una determinada realidad, pero el signo es distinto de la realidad en sí. Un conductor puede experimentar que la curva del camino es más pronunciada que el anticipo que un cartel le brindó. El cartel le señaló que se estaba acercando a una curva, pero la información que le dio era limitada. Por el contrario, un símbolo es siempre más de lo que señala,- un símbolo revela la realidad con más fuerza que un signo; está más unida a ella.
El símbolo que se percibe interiormente surge con un poder propio, sin los límites de factores espacio-temporales. Los símbolos son universales si nacen de una fuente común en la cual participa toda la Humanidad: el inconsciente colectivo. Los símbolos surgen dentro del individuo y nacen de sí mismos; la persona puede no entender el símbolo, pero aún así éste emergerá a la conciencia.
Los símbolos no son "prestados" ni "inventados", sino que devienen de su propia fuerza o necesidad.
En lo que atañe a la función del mandala, Mircea Eliade aclara que esta reviste el carácter de iniciática. La función, en este caso, se cumple cuando la iniciación crea una experiencia que despierta al individuo de este mundo de ilusión, cuando lo saca de la ficticia creencia de imaginarse una individualidad aislada del todo. La función, entonces, puede ser llamada "iluminación", "salvación", "integración".Resumiendo este punto, el ritual trae una revulsión-, la función produce el ingreso del yo al "centro".
Josei Toda siempre explicaba las cosas de una forma fácilmente comprensible y en una ocasión dijo:
Cuando concluimos la primera oración del gongyo y giramos hacia el Gohonzon en la segunda oración, todos los dioses budistas se alinean detrás de nosotros y aguardan a nuestro lado. Luego, escuchan con atención embelesada mientras recitamos el sutra e invocamos el daimoku frente al Gohonzon.( TEORÍA Y PRÁCTICA DEL MANDALA - GIUSEPPE TUCCI, 1986)