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Viviendo el Budismo

Melvin Rosario Guzmán

Martes, 19 Mayo 2015

Ex-Director Banda de Música "El Gran Sol"

Melvin Rosario Guzmán

LA BUENA FORTUNA EN ESTA VIDA

 

Soy Melvin Rosario Guzmán, tengo el gran beneficio de practicar el budismo de Nichiren Daishonin desde que nací, por lo que es un poco difícil para mí relatar una experiencia de casi 28 años de inmensos beneficios recibidos producto de esta práctica en un corto espacio. Por eso hoy solo me enfocare en el aspecto laboral. Todo comenzó con mi entrenamiento como miembro de la Soka Gakkai Internacional de la República Dominicana, donde fui encargado de la Banda de Música El Gran Sol y a la vez Encargado de la División Juvenil Masculina (DJM) en el Territorio Oeste. Fue junto a estos camaradas y a través de todas las actividades, que aprendí la disciplina y el coraje a través de las orientaciones de mi Maestro el Dr. Daisaku Ikeda, y fue ahí donde me forje en esos primeros años de juventud.

Mi experiencia en el ámbito laboral inició al salir del colegio con apenas 17 años. Sin embargo y aunque escale varias posiciones rápidamente, este me interfería con el horario de la universidad, por lo que tuve que dejarlo. Siempre he tenido bien claro que la base de la superación esta en estudiar.

Luego de una intensa búsqueda de empleo, me ofertaron en una empresa muy importante de este país, el único problema era que estaba ubicada en el extremo opuesto de Santo Domingo con relación a mi casa. Acepte el reto de cruzar dos veces diariamente toda la ciudad, y aunque no empecé con una posición muy alta, sentía que era mi responsabilidad crecer en esa compañía. Luego de haber recibido este beneficio los obstáculos no dudaron en llegar. Este era un estilo de trabajo muy diferente al anterior, había que trabajar bajo presión y el stress se volvió la norma, en adición, mi jefe trataba las personas sin mayor respeto... aunque les confieso que por alguna razón mística a mí nunca me trato mal, pero me afectaba ver las discusiones constantes y el mal trato que tenia con el resto del personal. Recuerdo que mi mamá me decía "Ora de corazón por su felicidad" y así lo hice, entone Daimoku sinceramente por su felicidad y los cambios fueron más que notables pocos días después.

Adicional al stress del trabajo tenía el de la universidad, la cual pude completarla a mis 21 años. Para ese entonces el estudiar se torno todo un reto, ya que a veces salía del trabajo a las 7:00 p.m. para tomar clases de 8:00 p.m. a 10:00 p.m. y cuando llegaba a mi casa alrededor de las 11:00 p.m. empezaba a trabajar con las asignaciones de la universidad hasta la 1:00 a.m. o 2:00 a.m., lo que me dejaba apenas 2 ó 3 horas para dormir, pues me tenía que levantar a las 5:15 a.m. para entonar al menos 30 minutos de Daimoku y luego prepararme para el trabajo. El autobús de la empresa nos recogía a las 6:45 a.m. (EN PUNTO). Ese horario de vida se torno rutina por un largo tiempo pero nunca titubeé, sabía que hacia lo correcto y que ese sacrificio no caería en saco roto. En adición al trabajo y la Universidad, también tenía mis responsabilidades con la Soka Gakkai, especialmente con la Banda De Música, que nunca descuide.

Luego de un tiempo en esa empresa todo empezó a salir viento en popa, obtuve 3 ascensos en 4 años, pero en el momento en que me iban a dar el ascenso más importante, anunciaron el cierre de las operaciones en República Dominicana. Ahí inició otro gran reto laboral, la incertidumbre de cuando nos iban a despedir, pues el proceso de liquidación duro unos 15 meses. Por otro lado, también tenía que entrenar a los que se iban a quedar con mi puesto, consciente de que al igual que los casi dos mil empleados, yo también iba a ser despedido al final. Sin embargo, tal y como orienta mi Maestro, justamente ese era el momento en que tenía que dar el máximo de mi, porque aunque muchos pensaban que ya no valía la pena esforzarse, yo sé muy bien que las personas solo recuerdan lo último que uno hace.

Fui despedido un 28 de abril místicamente (día que Nichiren entono Nan-Miojo-Rengue-Kyo por primera vez), e inmediatamente me tracé la meta de empezar un negocio que tenia que tener listo para el 1 de Junio de ese año, por lo que reforcé mi Daimoku y mis actividades. Recuerdo que para ese entonces pudimos crear un grupo de DJM que hacíamos actividades 2 veces a la semana, y que creen?... La meta del negocio solo se retraso por un día porque el día 2 de Junio cerré las negociaciones, meta lograda.

Inmediatamente me trace una nueva meta: Conseguir un nuevo empleo. Sabía que la inversión en el negocio era a largo plazo, y mientras tanto, necesitaba generar ingresos, por lo que desarrolle un plan con el poco dinero que me quedaba, y así sustentar mis gatos hasta el 6 de agosto de ese año. Intensas actividades y fuerte Daimoku fueron siempre mi base y así pude nuevamente concretizar mi meta para la fecha prevista el 2 de agosto. Estaba feliz, pero el empleo era un contrato temporal de 7 meses. Lo acepte con la actitud de que debía lograr que me fijaran, y en el corto tiempo de un mes, no solo me fijaron sino que me ascendieron a supervisor de una de las áreas, que para ese entonces era una de las mas problemáticas.

Tenía a mi cargo unas 12 personas, con procesos no bien estructurados, en una empresa muy joven, y con un entrenamiento de 10 minutos, asumí el reto bajo circunstancias bien difíciles, especialmente porque los números que median el departamento no eran los mejores, y adicionalmente las jornadas de trabajo eran sumamente extensas. Salía en ocasiones a la 1:00 a.m. y regresaba a la oficina a las 7:30 a.m. Para mi buena fortuna pude aplicar muchas de las cosas aprendidas con las responsabilidades asignadas en Gakkai y luego de mucho trabajo, meses después el departamento mostró a una mejora evidente. Fruto de esto, casi un año después de estar en la posición de Supervisor me promovieron a Gerente del departamento. Esto fue una satisfacción enorme para mí ya que apenas con 24 años era Gerente de Operaciones en una empresa Multinacional.

Sin embargo, días antes del ascenso había recibido una oferta de otra empresa multinacional, para una posición que me parecía bastante interesante pero ya me habían dado el ascenso y yo había aceptado, así que cuando me llamaron de nuevo para reconfirmar, descarte la oferta inmediatamente. Algo dentro de mí me hizo dudar si esa era la decisión correcta. En ese mismo instante un DJM, Hansel Moll, quien pasaba por una situación personal difícil, me pide que lo acompañe al Daimokutoso de los martes que se realiza en el Kaikan Cultural, allí aproveché para invocar un Daimoku vigoroso, sacar sabiduría, aclarar mi mente, y tomar la decisión correcta. Mientras entonaba Daimoku todo se aclaro, me di cuenta que no había tomado la decisión correcta por varias razones. La de mayor relevancia era que no veía más crecimiento ni desarrollo en esa empresa, estaría estancando mi porvenir. Por otro lado, la empresa que me estaba ofertando el nuevo puesto, tiene presencia en más de 120 países del mundo y de hecho es sumamente difícil de ingresar en ella, sobre todo como empleado directo, sin embargo, yo ya tenía la oferta en mis manos con solo dos entrevistas telefónicas. Además, el área que me estaban ofertando me encantaba y a la vez me permitiría obtener la experiencia necesaria para realizar la maestría que planifico hacer.

Cabe destacar que la nueva oferta que tenia en mano era por mucho menos dinero que lo que devengaba con mi nueva posición de Gerente, pero fue ahí cuando recordé la orientación del Presidente Ikeda que dice: "La juventud no es la época de amasar fortunas sino la época de ganarse la confianza y un espacio en la sociedad", y sin titubear acepte la nueva oferta con la meta de que iba a escalar rápido. Y así fue como a los 3 meses de haber ingresado en la empresa, me transfirieron a Jamaica para manejar la cuenta más complicada de todo el Caribe. A pesar que quizás Jamaica no es un país de ensueños para algunos, y de que la cuenta con la que estaría trabajando era el terror de muchos en la empresa, esta oferta me llena de mucho honor porque mis jefes y compañeros vieron en mí la capacidad de ayudar a corregir las cosas. Además esto me colocaba en una posición que desde el punto de vista profesional me permitiría desarrollarme y exigirme más.

También, sabía que trabajando para una empresa tan grande la mejor manera de destacarse era a través de grandes retos, así que, a la vez vi esta oportunidad como un medio para poder llegar a metas más altas. Luego de casi dos años trabajando en Jamaica y fruto de los buenos resultados obtenidos se presentó la oportunidad de poder trabajar en la sede central en Estocolmo, Suecia, con un contrato nuevamente temporal de 6 meses, para trabajar varias cuentas del Medio Oriente las cuales son bastante complejas. Sin embargo, los resultados de mi trabajo fueron tan positivos que mi contrato fue extendido a 11 meses y al concluir este, se presentaron las condiciones apropiadas para quedarme con un contrato permanente en Suecia. Meta final lograda.

A la fecha, ya tengo un año y medio viviendo en Suecia donde participo activamente en las actividades Gakkai, las cuales me han ayudado a cosechar buena fortuna. Al final del 2014 me puse la meta de comprar mi apartamento en Estocolmo el cual pudiera ser un punto de reunión para los miembros de la DJM de Estocolmo, ya que el Kaikan queda bastante retirado del centro de la cuidad. Esta meta en ese momento me parecía muy difícil pues tenía muchas condiciones en mi contra, sin embargo, un mes después de lanzarme oficialmente a la búsqueda del apartamento, logre comprar uno que reúne todas las condiciones y en el que realizo reuniones mensuales de DJM.

Para concluir quisiera citar la frase de Gosho que dice "Una Espada es inútil en manos de un cobarde. La poderosa espada del Sutra del Loto debe ser blandida por alguien valiente en la fe". Con esta frase grabada, seguiré luchando por el Kosen Rufu no importa en el país que me encuentre, ya que todos los cambios y beneficios recibidos me confirman una vez mas que esta es la religión correcta y que todo lo que nos proponemos lo podemos cumplir sin importar los obstáculos que se nos presenten. Agradezco a Sensei, a la Soka Gakkai Internacional y a la SGIRD por todo su apoyo a lo largo de todo este proceso. Sobre todo a mi Madre, mi Padre y mi familia quienes siempre me han dirigido hacia el camino correcto de la práctica.

Muchas Gracias.

Melvin Rosario

Tribuna Dominicana

  • Publicación agosto 2017
    Editorial del Presidente de la SGI, Daisaku Ikeda: Una invencible convergencia dedicada al bien mayor.
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