“La oración es el sol que diluye la oscuridad del sufrimiento”
Conocí el budismo durante mi adolescencia, gracias a una gran amiga de mi madre que le habló de la Ley, y casi de inmediato, mis padres y yo nos fuimos integrando a las actividades de la Soka Gakkai. La entonación del Nam-myoho-renge-kyo, desde mi época juvenil, me infundió entusiasmo y energía para llevar una vida plena y sin arrepentimientos. Logré concluir mis estudios universitarios con notas sobresalientes. Mi padre prolongó su vida por siete años más de lo pronosticado por los médicos hasta fallecer en el 2004 en su lucha contra el cáncer, entre otros tantos beneficios derivados de la práctica budista.
Al casarme, me fui a vivir al interior del país, y al alejarme físicamente de los miembros, mi práctica se debilitó, a pesar de hablarles a mis vecinos sobre la Ley Mística. Luego de tres años regresamos a Santo Domingo. Me costó reintegrarme, me sentía fuera de lugar, pues no me veía a mí misma como miembro de la División de Damas ni como parte de la División Juvenil Femenina, hasta que me enteré del Grupo de Damas Jóvenes. Así fue como retomé mi práctica con la expectativa de apoyar a las jóvenes que estaban sintiendo lo mismo que yo había sentido. Dentro del Grupo encontré una misión por la cual trabajar y desarrollarme. Claro, que no todo es color de rosa, siempre llegan las dificultades, para retarnos y probar la fortaleza de nuestra fe. Justo cuando encontré mi norte, aparecieron los obstáculos, pasé de casada a divorciada, lo cual afectó mi salud física y emocional, debido a que fue un acontecimiento inesperado y que le daba un cambio drástico a mi vida. Paradójicamente, a pesar de tener una práctica firme, creía que la felicidad dependía de quien estaba o no en mi vida. ¡Qué errada estaba! Gracias al daimoku y al apoyo incondicional de las señoras de la División de Damas entendí con mi propia vida la frase del gosho La felicidad en este mundo2: “No hay felicidad más verdadera para los seres humanos que entonar Nam-myoho-renge-kyo”. Una oración gramaticalmente simple, pero llena de un profundo significado, que solo se puede comprender cuando se mantiene la fe en el Gohonzon y en la Ley pase lo que pase. Por doloroso que nos resulte, siempre encontraremos el coraje para vencer no solo los problemas, sino también, nuestra propia incredulidad, de que dentro de nosotros y en las acciones cotidianas está la verdadera felicidad. Un beneficio que valoro mucho es todo el amor de mis familiares y amigos (de toda la vida y otros más recientes), realmente soy muy afortunada pues estoy rodeada de personas maravillosas.
Además de las siguientes orientaciones de Sensei, que me han dado la pauta para continuar la batalla de la vida: “La oración es el sol que diluye la oscuridad del sufrimiento”3 y “La oración es la destrucción del miedo, es desterrar la tristeza, es encender la esperanza”;4 hoy siento que el sufrimiento pasado me ha brindado una comprensión más profunda de la vida, convirtiéndose en causa para mi buena fortuna, ya que gracias a estas dificultades, hoy puedo apoyar mejor a mis compañeras a superar sus propios problemas. Mi deseo es ayudar a que cada Dama Joven irradie esplendor en su vida y que sea capaz de transformar la adversidad en felicidad. Unida siempre al corazón de mi maestro Daisaku Ikeda, prometo luchar por el kosen-rufu de mi país y del mundo, sin retroceder ni un paso. ¡Se puede transformar la realidad sin falta! Esta es mi más profunda convicción.
DECISIONES DE LA NUEVA RESPONSABLE DEL GRUPO DE DAMAS JÓVENES
Experiencia en el Grupo:
La integración al grupo de Damas Jóvenes ha marcado un antes y un después en mi vida y en mi práctica. En este descubrí la importancia de colaborar en actividades por el bien de los demás, y la fortaleza para no dejarme vencer ante las dificultades de la vida. Otros aspectos relevantes han sido el estudio para profundizar la fe y el intercambio de experiencias para comprobar que en lo cotidiano está la verdadera felicidad.
Basadas en las cinco guías eternas que nos ha legado el Presidente Ikeda:
1. Todo comienza por la oración.
2. Avanzar en armonía con nuestra familia.
3. Forjar jóvenes sucesores.
4. Valorar el vecindario y la comunidad.
5. Compartir jubilosamente con otros, nuestra experiencia en la fe.
Y teniendo como plan de acción los siguientes puntos:
o Hacer daimoku diariamente por el desarrollo y fortalecimiento del grupo.
o Realizar nuestra reunión mensual sin fallar, de forma interactiva y dinámica.
o Fomentar el estudio de La Nueva Revolución Humana y del Gosho.
o Coordinar visitas individuales a las miembros del grupo y amigas Gakkai (shakubukus).
Mi determinación como responsable del Grupo de Damas Jóvenes es:
Conformar un amplio y sólido grupo de amigas, que basadas en las enseñanzas de Nichiren Daishonin, enfrentemos los retos de la vida, llenas de júbilo y coraje, infundiendo esperanza y valor a todos nuestros semejantes, a la vez que cumplimos con la noble tarea de forjar sucesores para que sean grandes valores humanos. “Si uno enciende una lámpara para iluminar la ruta de otro ser humano, también alumbrará el propio camino” (Gosho zenshu, pág.1598). Ser mujeres felices, que no seamos derrotadas, ganar transitando siempre el camino de maestro y discípulo.
Notas al margen
1 Daisaku Ikeda, Disertación sobre el Gosho La Única Frase Esencial. http://sgi-usa-spanish.org/unicafrase.html
2 Los Escritos de Nichiren Daishonin, Gosho no. 86, La felicidad en este mundo, pág. 715, Edición Soka Gakkai, 2008.
3 Daisaku Ikeda, Disertación sobre el Gosho La Única Frase Esencial. http://sgi-usa-spanish.org/unicafrase.html
4 Nota del Editor: Frases y citas de Daisaku Ikeda tomadas del Artículo de explicación del Gosho Sobre la Oración, Elaborado por Momoko Baba, material de estudio de la División de Damas, publicado en la revista Daibyakurenge, pág. 65 y 66, enero 2006.